jueves, agosto 04, 2005

Resurrección

Creí que te habías muerto, corazón mío, hace meses.
Creí que, definitivamente, te habías muerto: sí, lo creí.
Que, después de haber esparcido el revoloteo púrpura de tu desesperación,
como una alondra caíste en el alféizar; que te extinguiste como el fulgor atemorizado de un espectro; que como una cuerda tensa te rompiste, con un chasquido seco y terminante. Creí que, acorralado por tus desvaríos, traicionado por los todavías, alcanzado por las evidencias, exhausto, abatido, habías sido derribado al fin. Y contigo, se desvanecieron los engarces entre sentimientos, imágenes, suposiciones y pruebas. Se me fueron abriendo las costuras de la memoria: ya me estaba acostumbrando a vivir sin ti.
Pero tus fragmentos estallados se han ido buscando, encontrando, cohesionándose como gotas de mercurio, sin cicatriz ni señal. Y ahí estás, otra vez inocente, sin acusar enmienda ni escarmiento, guiando, dirigiendo, adentrando en ti el peligro, como si fueras invulnerable o sabio, como si, recién nacido apenas, ya fueras capaz de distinguir, en el mellado filo del clavel, la espada.

4 comentarios:

Karim K dijo...

No pues este blog es puro amor¡¡¡¡

jajaja declaraciones de amores prohibidos o lejanos?

Naira dijo...

Prohibido no!!!!!!!!!
Lejano...depende de como lo mires, algunas veces esas personas son las que mas cerca estan,
este post se trata de mi propia resurrección gracias a él....(elfa con la cara sonrojadita)

Antonio Lignan dijo...

(enano con cara sonrojada)

Gil-Galad dijo...

mmmmmm. aqui se respira amor. parece que aunque haya un gran charco entre los dos, es muy fuerte el amor